Ciao? C'è vita? Di sicuro che c`è!
Son ya más de dos meses desde la última entrada, y tras muchas semanas y tardes de trabajo, por fin ha acabado el primer semestre ¡Y cómo ha acabado! Tenía ni más ni menos que seis exámenes por delante, dos de ellos en Sevilla y el resto aquí en Milán. Todavía me acuerdo cuando le decía a mi madre por teléfono 'Creo que debo dejar una de las asignaturas de Sevilla para otro semestre, es mucha tela...', ya sabéis de qué color lo veía todo. Bueno, antes que nada... ¿por dónde lo habíamos dejado? Ah, sí, la última fiesta en Milán y la vuelta a casa.
El vuelo salía a la intempestiva hora de las 6 de la mañana, aunque le hice creer a mi madre que el piloto había tenido un ataque de cualquier tipo y que saldríamos más tarde (todo sea por darle una pequeña sorpresita en forma de embutidos y delicias milanesas). Al llegar, lo primero que hice fue quedarme mirando al cielo ¡Qué cielo! Ese azul, ese azul tan intenso acompañado por la luz del Sol... qué maravilla. Eso tampoco lo hay en Milán, ya os lo adelanto. Fue fantástico volver a encontrarse con la familia y por supuesto con Tesla. Justo después de la bienvenida tocaba emprender la marcha y llevar a cabo las típicas visitas familiares. Entre una cosa y otra el tiempo vuela, y lo de 'ya en Navidad adelanto trabajo' queda en eso, nah. Pero bueno, año nuevo vida nueva, y el tres de enero ya tocaba meter la cabeza entre los apuntes.
Torta opera del cuoco Jaime. (Sí, hoz y martillo incluídos) |
Y mira que había días, y había vuelos, y era complicado... Pues tuvo que coincidir la segunda vuelta a Milán con el evento más importante del año: la final del COAC en el Gran Teatro Falla ¡No hay derecho! La primera vez en seis años que no paso la noche entera frente al televisor en una noche de final. Pero bueno, estoy contento porque al final ganó el grandísimo Selu (y Juan). Pues a ritmo de 3x4 tocó seguir estudiando, esta vez el monstruo del curso: Electric Power Systems, teniendo por profesor a uno de los más grandes en el campo: el Sr. Berizzi. La noche del examen no pude ni dormir, nunca había estado tan nervioso. Al día siguiente llegó la sorpresa, y resulta que precisamente cayó el único tipo de problema que no me había mirado ('Bah, esto seguro que no cae, sólo ha caído una vez de cincuenta y tres')... la mesa vibraba por el tic de mi pierna más que mi habitación durante las obras del piso de arriba ¡Pero al final salió bien! Aunque a Berizzi no le puedo decir adiós, que me espera en mi única asignatura del próximo semestre (y en italiano...).
¡Una de Rigoletto! |
Los días siguientes fueron muy, muy, muy aburridos. Había pasado ya mes y medio desde que empecé a estudiar a diario y ya estaba un poquito harto. Para colmo la asignatura era un tostón a la hora de ser estudiada... Un cóctel molotov vaya. Y encima el examen no salió nada bien... nos faltó tiempo a todos. Afortunadamente, entre los proyectos a lo largo del curso (que fueron muy bien), y el examen oral que he hecho hace unas horitas, no hubo problema alguno.
Viva Zapata. Vivan las tonterías que amenizan las tardes de estudio. |
Así que al final, entre una cosa y otra, a lo largo de estos dos meses he hecho tan poco como mucho. He conseguido lo que más me preocupaba: quitarme cinco de las seis asignaturas de este curso en un solo semestre... aunque creo que no me he alejado más de 200m de la mesa de estudio. Pero bueno, esto es lo que uno tiene que pagar si no quiere que el erasmus en Milán (sin renunciar a la fiesta) le cueste un año más de carrera. Así que, sin ton ni son, ahora que se va el invierno se ha quedado un segundo semestre, solamente con una asignatura y la redacción del TFG, perfecto para compensar estos dos meses de trabajo ¿verdad? :)
Espero que la próxima entrada sea más divertida y alegre, mientras tanto... a celebrarlo. Ci sentiamo!
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